El Banco de México informó a finales de octubre que la economía se aproxima a las cifras previas a las registradas durante la pandemia de Covid-19.
El Producto Interno Bruto correspondiente al tercer trimestre del año, según la institución, tuvo un aumento interanual de 4.2% gracias a la dinamización de los diferentes sectores de la economía: las actividades extractivas, la industria y el comercio.
Distintas instituciones bancarias, entre ellas el Grupo Financiero Ve por Más, reaccionaron afirmando que la aceleración se debe a la comparativa con cifras en las que existía una contracción importante, por lo que para el cierre de año prevén un acumulado cercano a 2.3% y el valor para 2023 será, según las expectativas, cercano a 0.8%, como consecuencia de la presión inflacionaria y un menor crecimiento mundial tras la reanudación de actividades durante este año.
La reducción de las proyecciones toma en consideración el efecto de la reactivación de operaciones en el sector servicios, la dilución de obstrucciones en la producción de las industrias y la consideración de que las limitaciones en las cadenas de distribución derivadas del conflicto entre Rusia y Ucrania se reducirán.
Riesgos de desaceleración como consecuencia de la dinámica estadounidense
Banorte indicó que el resultado del tercer trimestre es superior a las expectativas de los analistas y mejoró su perspectiva de crecimiento económico para 2022 a 2.7%, desde el 2.1% que preveía, considerando que la economía se aceleró en un contexto retador.
Fuera de México, sin embargo, hay instituciones que alertan sobre una desaceleración: Bank Of America señala que pronostica ese escenario para Estados Unidos y México se vería afectado.
Mientras tanto, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), señaló que el crecimiento intertrimestral de 3.75% resulta sorprendente por tratarse del tercer trimestre consecutivo al alza; la desaceleración de la economía estadounidense en el futuro cercano, sin embargo, podría provocar un cambio en este escenario, según el instituto, que, pese a ello, ajustó su perspectiva de crecimiento para el cierre de año a 2.5%, agregando que 2023 puede presentar una tendencia de crecimiento cero.
La dinamización, un empuje para las empresas
El crecimiento en el PIB como indicador de la reactivación económica es una señal positiva para las empresas, que pueden entrar en un escenario de mayor liquidez con perspectivas de expansión en sus resultados.
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